Aquí está la gran ley de la compensación.
No puedes obtener algo sin hacer nada.
La salud, y hablo de la salud más elevada que se puede imaginar se tiene que ganar…
NADIE PUEDE CURARTE… NADIE PUEDE ELEJAR TU DOLENCIA.
La salud trabaja con esta gran ley de compensación: CONSTRUIR SALUD REQUIERE DISCIPLINA INDIVIDUAL.
Tu mente y cerebro tienen que hacer cargo del cuidado de tu cuerpo.
Solamente una mente torpe puede llegar cualquier cosa a tu boca y tragarlo.
Solamente una mente clara e inteligente, despierta y razonable supervisará cuidadosamente lo que se pone en el estómago…
RECUERDA QUE LO QUE COMES HOY MAÑANA ANDARA Y HABLARA, espero que quede claro esto.
El cuerpo humano es un instrumento poderoso y puede soportar años y años de malos tratos y castigos crueles.
Esta situación puede soportarse hasta el límite, pero entonces viene el día del ajuste de cuentas… el cuerpo humano llega al tope de su capacidad para ser cargado con comestibles no nutritivos que producen sangre sucia.
Es entonces cuando uno pasa a ser víctima en lugar de verdugo de sí mismo (pobre diablo verdad), es la hora del estallido de la enfermedad con toda su fuerza, dolor, angustia y tragedia…cataratas que te ciegan o te hacen borrosa la vista… artritis que endurecen, lesionan y retuercen los huesos… las orejas ensordecen… las varices atacan las piernas y las deforman horriblemente… úlceras se forman en el estomago y los intestinos… hemorroides atacan el recto… éstas son solamente algunas de las 6000 enfermedades que pueden hacer de la vida un infierno, luego quéjate…
Estas cosas trágicas no pasan porque si… son otra vez la ley de la compensación.
LA ENFERMEDAD NO ES UN LADRON QUE EN LA NOCHE TE ASALTA… TU Y NADIE MAS QUE TU HAS CREADO LA HORRIBLE CONDICION QUE TE ESTA ATORMENTANDO A TODA HORA.
Esta gente que ha llegado, por ignorancia o por obstinación a esta condición física llora de dolor y aflicción.
Acuden a mi u a otro y dicen: “sálvame de mi sufrimiento y tormento” o bien “¿en cuánto tiempo puede usted arreglar mis problemas?”, pero siento mucho tener que informales una y otra vez de que no hay nadie, ni ningún tratamiento que pueda recuperar su salud y su paz mental, excepto las curas que nos proporciona la madre naturaleza.
La madre naturaleza es una persona muy dura para negociar… desobedece sus leyes y te dará un castigo que esta fuera de la compresión humana.
Algunos se creen muy listos cuando, una vez en el camino de vuelta a la salud natural, piensan: “un poco de esto no me hará daño”.
De modo que ellos interrumpen la dieta que se les ha prescrito una y otra vez, ignoran que pueden engañarme a mí, o a cualquier otro, más nunca conseguirán engañar a su naturaleza interior.
Es por esto que quienes hacen trampa o “pequeñas excepciones”, sólo consiguen abortar su proceso de regeneración y vuelta a la salud de modo que el tiempo pasa y pasa y ellos siguen sin sanar.
En realidad se están engañando a sí mismos…
Tu naturaleza interior no sabe en qué día de la semana vives de modo que para ella es tan tóxico el alcohol o cualquier comestible tanto en “domingo” como en lunes o viernes.
El azúcar blanca es igual de nocivo los siete días de la semana.
La carne no disminuye su ácido úrico por el solo motivo de que ese día sea especial para ti.
Cuando estamos intentando recuperar la salud para librarnos de cualquier mal estas “licencias”, “autoindulgencias”, “claudicaciones” no son sino sabotajes con mala sombra que puede dar al traste todo tu programa de salud.
Vete a cualquier hospital y mira los pobres, diablos, desdichados, humanos sufriendo, retorciéndose en sus camas de dolor.
Esta es la gente que nunca aprendió las leyes del cuidado cuerpo humano.
Muchos de ellos se burlaron en su día cuando sus familiares o amigos les sugirieron que deberían adoptar un mejor plan de comidas y unos hábitos de vida más higiénicos.
No abandonarían su placer… así que fumaron, bebieron alcohol, té, café, refrescos y se cebaron de comestibles refinados y muertos.
Si quieres corregir sus suicidas hábitos tendrás que oír toda clase de escusas y estúpidas respuestas para justificar sus vicios dietéticos: “estoy sano”… te dicen… “mi abuelo o abuela o tía ha vivido hasta los 98 años y fumaba, bebía y comía lo que quería”… pero no fue así, ellos pensaban que aguantarían como lo hizo su abuelo, abuela o tía y ahora se encuentran en la cama del hospital y se sienten víctimas del destino, o peor aún se sienten personas inútiles, listos para el montón de chatarra humana.
Ellos no supieron conservar el mayor tesoro que nos es dado a poseer.
Creían que la salud residía únicamente en la ausencia de dolor y en “ir tirando”.
Si hubieran sabido cuidar de sí mismos cuando aún estaban sanos habrían descubierto algo maravilloso: ¡ellos no saben realmente lo que es la salud! Nunca han experimentado la salud al cien por cien de sus posibilidades…
Son numerosas las personas que vienen a mí, y que afirman estar “sanas”, por lo que ellos consideran que adoptan esta forma de vida únicamente a titulo prevención…
Pero cuando ellos han sido fieles al programa de salud que les dicto me vuelven a visitar al cabo de unas semanas y siempre me dicen: “sabes SR. Salvador, ahora me encuentro muchísimo mejor”.
Pero, ¿cómo es posible encontrarse mejor que sano? En realidad ellos no gozaban de una salud perfecta sino únicamente de un estado sanitario aceptable.
Cuando uno está sano, cuando uno goza de una supersalud, tiene una alta conciencia de la misma de modo que se siente limpio y ligero, te sientes emprendedor, tu cuerpo te pide ejercicio y juego y gozas con los mismos porque tu cuerpo responde a la perfección, estás elástico, y sobretodo gozas de buen humor, optimismo y alegría.
Te vuelves sensible (fíjate bien, sensible no es débil) y esa sensibilidad te permite gozar mejor del arte de la naturaleza y del amor… solamente quien experimenta esta sensación, quien la hace vivencial, sabe cuál es la verdadera diferencia entre gozar de la supersalud y el “ir tirando”. Qué gran pena, ver como la humanidad se está convirtiendo en seres enfermizos en cuerpo, mente y espíritu.
Que dios te proteja……..